En el volcán Masaya hicimos una rutita por unas cuevas volcánicas. La foto está hecha con flash, pero íbamos con linternas. La experiencia de adentrarnos 185 metros y permanecer en la más absoluta oscuridad y el mas inquietante silencio, fué maravillosa.
1 comentario:
Marinita!!
Por fín me siento delante de tus tesoros y me dispongo a escribirte un poquito. Si, lo sé. No tengo justificación, pero sin que sirva de escusa, sabes que este tipo de cosas me cuesta mucho hacerlas, tal vez inconscientemente.
Hoy he leido todo lo que llevas escrito, comentarios incluidos. Sesión intensiva que te debía.
Te veo en las fotos que cuelgas e intento imaginarte allí, en movimiento (o no, porque superñoño estaría orgullosa de tí). Pongo voz a tus fotografías, intento darles vida, como en esa escena de Mary Popins en las que los niños saltan a los cuadros.
Entre volcanes y selvas duermes. En la casita del arbol, guardiana de la linterna.
Marina, cuanto te envidio. Será, sin duda, una experiencia inolvidable.
Pero cuando más la valores y la disfrutes no será ahora si no con el paso del tiempo, una vez de vuelta, soñando entre selvas y volcanes.
Empapate de ese sentimiento de inconformidad, de esa necesidad de dar a los demás. No te impacientes por querer ayudar dejandote llevar, comprensiblemente, por la realidad en Nicaragua.
Tendrás tiempo para eso y confio que lo harás bien.
Tienes esa sensibiliad, ese corazón diáfano y sencillo que nos permite mirar mas allá de nuestros ombligos.
Te hecho de menos, hermanita. Tengo muchas ganas de verte.
Un beso muy grande de tu hermano pequeño Pablete.
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